¡A trabajar!
Soneto XXIII - Garcilaso de la Vega
En tanto que
de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Amor constante más allá de la muerte - Francisco de Quevedo
Cerrar podrá
mis ojos la postrera
sombra que
me llevare el blanco día,
y podrá
desatar esta alma mía
hora a su
afán ansioso lisonjera;
Mas no, de
esotra parte, en la ribera,
dejará la
memoria, en donde ardía:
nadar sabe
mi llama la agua fría,
Alma a quien
todo un dios prisión ha sido,
venas que
humor a tanto fuego han dado,
médulas que
han gloriosamente ardido,
su cuerpo
dejará, no su cuidado;
serán
ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán,
mas polvo enamorado.
Volverán las oscuras golondrinas - Gustavo Adolfo Bécquer
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y, otra vez, con el ala a sus cristales
jugando
llamarán;
pero aquéllas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas...
¡no volverán!
Volverán las
tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun más hermosas,
sus flores
se abrirán;
pero aquéllas, cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
ésas...
¡no volverán!
Volverán del
amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez
despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate:
¡así no te
querrán!
Lo fatal - Rubén Darío
Dichoso el
árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no
saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no
conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber
adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
ni de dónde venimos!...
Al olmo viejo - Antonio Machado
Al olmo
viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El
olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No
será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes
que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Si mi voz muriera en tierra - Rafael Alberti
Si mi voz
muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla
al nivel del mar
y nombardla capitana
de un blanco bajel de guerra.
y nombardla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz
condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!
Que la vida
iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Cultivo una rosa blanca - José Martí
Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y
para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
El poeta es
un fingidor.
Finge tan completamente
que llega a fingir que es dolor
el dolor que de veras siente.
Y los que leen lo que escribe,
en el dolor leído sienten bien,
no los dos que él tuvo
mas sólo el que ellos no tienen.
Y así en los raíles
gira, entreteniendo la razón,
ese tren de cuerda
que se llama el corazón.
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
Autopsicografía - Fernando Pessoa
Finge tan completamente
que llega a fingir que es dolor
el dolor que de veras siente.
Y los que leen lo que escribe,
en el dolor leído sienten bien,
no los dos que él tuvo
mas sólo el que ellos no tienen.
Y así en los raíles
gira, entreteniendo la razón,
ese tren de cuerda
que se llama el corazón.
Has preparado una entrada excelente.Menudo repertorio de vídeos y de poemas. Enhorabuena
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